La disminución de las operaciones de las lagunas de estabilización en un 50%, fueron parte de las promesas de la empresa Aguas del Altiplano como medidas para disminuir la problemática de emisión de olores contaminantes al ambiente.
El alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos, se reunió con el gerente general de esa empresa, Sergio Fuentes, a quien le planteó el agudo conflicto que se ha generado debido a la emisión de malos olores al ambiente, episodios que se han agudizado en las últimas semanas.
Sobre el tema, el gerente de Aguas del Altiplano, explicó que están esperando la resolución por parte del Servicio de Evaluación Ambiental de un proyecto que permitirá ejecutar obras, las cuales reducirán las operaciones de las lagunas en un 50%. “Esperamos que se resuelva el proyecto prontamente, pero estamos alineados en virtud de poder reducir las operaciones de la planta, no obstante, las lagunas no saldrán de ahí, ya que por razones de emergencia deben permanecer en el lugar, frente a la eventualidad de que puedan colapsar las bajadas. Lo que hemos planteado es disminuir las operaciones de esa planta”, sentenció.
Fuentes argumentó que una vez aprobado el proyecto, las obras podrían ejecutarse en un plazo de seis meses. “Esperamos, en la medida de lo posible, que el proyecto esté operativo a fines del 2015. A través de él buscamos generar un bypass de tal manera de bajar directamente un porcentaje de las aguas servidas a Iquique y que no pasen por las lagunas de estabilización. Hay que tener en cuenta que esta planta recibe las aguas servidas de toda la comuna de Alto Hospicio”, subrayó.
En esa misma línea, el alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos, señaló que espera que a la brevedad se concrete este proyecto, aunque enfatizó que los organismos competentes deben fiscalizar. “Es urgente actuar y fiscalizar el funcionamiento de las lagunas de estabilización. La cercanía que poseen de conjuntos habitacionales y establecimientos educacionales que operan en el sector, hacen imprescindible hacer fiscalizaciones permanentes que permitan garantizar su buen funcionamiento para que no generen impacto con los hedores en la población. Sin duda, este proyecto que busca reducir el volumen de aguas servidas será absolutamente beneficio, pero en paralelo, se debe controlar en forma constante las operaciones de esos recintos, ya que la comunidad reclama también la presencia de numerosos vectores que tienen impacto sobre su calidad de vida. Fuera de la necesidad de la población, la materia se ha convertido en un instrumento de manejo político y la autoridad medioambiental no se puede lavar las manos en esta materia”, aseveró.
El alcalde insistió además, que en las próximas horas se presentará un recurso de protección para resguardar el derecho de los pobladores de El Boro a vivir en un ambiente libre de contaminación.