Cada pieza de cerámica es estudiada e instalada con precisión y esmero. Ninguna de ellas fue elegida al azar, sino que responde a un diseño y el trabajo artístico preparado por la escultora hospiciana Karina Marey, quien en siete murales que se encuentran instalados en el barrio Mujeres Emprendedoras, en Santa Rosa, ex La Negra, buscó plasmar la realidad histórica, patrimonial y religiosa de la región de Tarapacá.

Cada uno de ellos, tiene su sello propio. Con mucho colorido, detalles en imágenes humanas, precisión en los cortes e instalación de las piezas de cerámica, Marey logró concretar uno de sus máximos desafíos con la elaboración de estas piezas que son producto de un proyecto financiado por el Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y el municipio de Alto Hospicio.

Según Marey con los trabajos y empleando la técnica de mosaico, se buscó dar una identidad al barrio. “Fueron nueve meses de labores, con un equipo de colaboradores conformado por tres personas. En cada una de las piezas se buscó interpretar realidades regionales, tales como, fiestas patronales, fauna y flora, la prehistoria de zona, salitreras y algunos diseños participativos. La idea siempre fue interpretar la historia y que los vecinos se sintieran identificados con ella”, adujo la escultora.

La técnica de elaborar mosaicos con cerámica ya es compleja. La misma Marey, relata que la confección de figuras humanas, rostros, cuerpos que representen movimiento, tiene una gran cantidad de trabajo. “Lograr los efectos es lento. De hecho, en uno de los murales aparece la Virgen de La Tirana y sólo en confeccionar esa imagen nos demoramos cuatro semanas,  pues darle la forma a la cerámica es difícil por su dureza, pero puedo garantizar que será muy duradero. Podrán pasar 40 años y los murales seguirán intactos”, aseveró.

La intervención del barrio Mujeres Emprendedores con murales, es una iniciativa única a nivel nacional, sobre todo por la dimensión y la cantidad de piezas construidas.

La escultura Karina Marey trabajó en el diseño y la confección con un equipo de colabores, que han sido formados en sus talleres y también, han participado con ella en otras iniciativas. Cada uno de ellos tuvo funciones específicas, pues cada pieza de cerámica no se corta o instalada al azar, sino que responde a un diseño preciso, que garantizará no sólo los aspectos artísticos, también la mantención en el tiempo, resistencia a fenómenos climáticos y a los posibles efectos de estar ubicado en un espacio público.

En cuanto a los materiales, estos fueron adquiridos en todo el norte de Chile, incluso, algunos se compraron en la Tercera Región, debido a que fue necesario contar con una multiplicidad de colores de cerámicas para lograr los efectos esperados en las piezas.

Karina Marey tiene una vasta trayectoria como escultora. De hecho, en Alto Hospicio existen otras dos obras con su sello: la escultura dedicada a la mujer en la Plaza de Armas y la imagen de Cristo,  que se encuentra instalado en el mirador sur de la comuna.